A las 9 salíamos de Gijón y cogíamos la A8 para llegar a las 10 a Puerto de Vega, donde
habíamos quedado con Javier Vega que siempre dice que nunca tiramos para el
occidente asturiano… Pues allí estábamos
Puerto de Vega ha
sido Pueblo Ejemplar de Asturias en el año 1995. Antiguamente fue un activo
puerto comercial y ballenero y en la actualidad continúa dedicada a
la actividad pesquera. La villa de Puerto de Vega conserva un pintoresco puerto
pesquero, con unas almenas centenarias.
Abandonando ya la Autopista del Cantábrico, y pasando por Castropol
y Vegadeo, nos dirigimos a Meredo para visitar el Mazo de Meredo o de Suarón, donde dio la casualidad que el guía era
primo de Javi, y nos enseñó a la perfección el funcionamiento del Mazo
Tanto el mecanismo para hacer golpear el mazo, como el sonido que provoca al golpear, son impresionantes
seguimos con el funcionamiento del Molino harinero y de la
Muela de Afilar
y luego dimos un paseo por los alrededores,
contemplando la
cascada, el río y una poza natural al final del paseo.
Aunque la visita merecía todo el tiempo empleado y más, se
nos había hecho tarde,
y a pesar de que el conjunto del Mazo de Meredo alberga
también una apetecible
área recreativa a orillas del río Suarón, teníamos que
seguir ruta para avanzar camino;
Por el puerto de la Garganta a duras penas se veía un metro más
adelante,
y creemos que la mancha oscura que se ve delante en la foto es Javi
Llegando a Villanueva de Oscos la niebla se disipaba
y veíamos el sol,
y ahora podemos confirmar rotundamente que es él
Ya en San Martín de
Oscos hicimos parada vermutera en La Marquesita,
donde el dueño, también amigo de Javi (es lo bueno de ir con guía local), nos
ofreció disfrutar del la soleada terraza que el local tenía detrás, donde
aprovechamos para acabar de secar las ropas de la niebla de la mañana.
Comemos en un área recreativa en Santa María, pasado Pesoz, para llegar a Grandas de Salime
a tomar el cafetín, y seguir hacia el sur hasta el embalse de Salime, que aún prefiriendo
los espacios naturales,
tengo que reconocer que es una obra impresionante,
y más teniendo en cuenta que
fue hecha en los años 50 y que durante las obras perdieron la vida más
de 100
trabajadores debido a las precarias condiciones de trabajo y a la escasez de alimentos.
El sitio me estaba dando mal rollito, así que regresamos por
el mismo camino hasta Pesoz de
nuevo,
y paralelos al curso del río Agüeira primero y del río Navia después,
pasando por el embalse
de Doiras,
de nuevo con niebla llegamos a Boal; paramos a repostar y volvimos a coger el curso del río en el
embalse de Arbón hasta llegar a Navia, donde nos despedimos de Javier Vega
cerveza en mano.