REFLEXIÓN: VIAJAR

El momento ideal de la vida para viajar es cuanto antes mejor, 

ya que en cada viaje te impregnas de sabiduría que te servirá en el resto del camino de tu vida. Cuando niño, con esa capacidad de absorver todo lo que les rodea; de adolescente, ya que lo que vives en la adolescencia lo llevas siempre en la mochila (luego la mochila va pesando y hay cosas con las que ya no te quedas); en la juventud y madurez, donde resolvemos la mayor parte de los problemas a los que nos enfrentamos en la vida. En España una gran parte de la población viaja después de jubilados, y cuando salen del entorno en el que siempre han permanecido es cuando se dan cuenta por comparación de que muchas cosas que han vivido en el pasado podían haber sido de mejor forma...


Y sí hay dinero, y sí hay tiempo, porque viajar no significa ir a hoteles lujosos ni dar la vuelta al mundo,

viajar significa conocer aquel sitio donde nunca has estado, 

y ese sitio puede ofrecerte muchas cosas a cambio de nada, y ese sitio puede estar tan cerca de tí... Y una vez que te decides y empiezas a viajar,

te engancha de tal forma que ya nunca puedes parar,

En todos los sitios tienes cosas que aprender; todos los países, todas las regiones y todos los lugares te enseñan algo diferente a lo que conoces,

cosas que ni siquiera nunca te habías parado a pensar si podían o no existir, 

unas veces cerca, otras veces lejos; a veces de mochilero y otras con la maleta; caminando, en bicicleta, en coche, en moto, en barco, en autobús, en tren, en avión...Todas las fórmulas son buenas y enriquecedoras.

Viajando te haces más comprensivo, te vuelves más tolerante, 

porque entiendes que los motivos que mueven a unos y a otros a actuar como actúan pueden llegar a ser tan diferentes entre sí como tan diferentes a tus propias motivaciones.

LO BUENO DE VIAJAR ES QUE PASAS DE SER EL CENTRO DEL MUNDO A SER PARTE DEL MUNDO